miércoles, 24 de agosto de 2005

Epílogo


Aprendan de mi desgracia,
recuerden la mi lección
cuando alguien en su casa
les invite a chuletón.

É si tiene barbacoa;
è si le ve usted feliz,
non olvide facer loa
del su fermoso jardín.

È si la envidia ensidiosa
por dentro corroe a usted,
consuélese con tal cosa:
"Quizás por muerto le den"

Que es precioso, non lo dudo:
cual de Hespérides Jardín.
¡Las Odaliscas por poco
non vinieron a por mí...!

Juro por Dios: que si obtengo
las vacaciones por fin,
non me sacan ni con cepos
de un sillón en mi jardín,

Porque a veces, por las noches,
despierto en sudor bañado
soñando que las mis obras
todavía no acabaron.

Amigos, aquí termino
de las mis obras relato.
Me congratulo, pues vivo
salí de aquestos trabajos.

Saulo

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