jueves, 18 de agosto de 2005

Del honor è los requiebros


Saulo:
¡Ya me salió el botarate,
el aburrido mentor
de miserias è desaires
a repetir su canción!

¿Con qué piensa embelesallas,
de oficinas campeón?
¿Con su interesante charla
sobre teclado è ratón?

¿Tal vez el superlativo
coeficiente superior
con Sistema Operativo
Excitará su emoción?

¿Piensa tal vez conquistallas
con controlele-efedos?
¿Acaso va a engatusallas
con el su procesador?

Risa me da su talante,
tan bisoño è tan gañán.
¿Non se da cuenta, egnorante,
que non tiene qué contar?

Es posible que sea viejo,
pero es mejor el camino,
que hemos andado que esos
que ni en sueños conocimos.

È senderos, llevo muchos
en mis espaldas, chaval.
Más de los que a buen seguro
su merced recorrerá.

Mas dejémonos de cuitas
olvidemos diferencias
è fagamos buenas migas,
déjese ya de querencias

Si de convevir habemos
obligación sine die,
será mejor que tratemoss
de lo que nos sintonize.


Pablo:
Si non queda mas remedio
que aguantar a este rufián.
En una cosa está cierto:
no habrá que llevarse mal.

Mas Saulo: de botarate
me acusa è de anodino.
¿De donde piensa que salen
las palabras con que rimo?

¿Acaso non se aprovecha
sin el menor miramiento
de lo que hay en mi cabeza,
de mis propios sentimientos?

Fabla usted muy gentilmente,
mas ¿de dónde se alimenta
si no es de mi propia mente
su preclara enteligencia?

Usted fabla de emociones,
mas le recuerdo: son mías
las vivencias. Non reproche
por tanto que no haiga vida.

È si fabla de experiencias,
non lo olvide: son soñadas.
Únicamente en conciencia
las mías son las pasadas.

Agora le dejo empero,
pues aunque cueste decirlo,
aunque vinagre è fullero,
ya le he tomado cariño.

Fable, faga ya su glosa
desfrute vuesa merced,
que no objetaré más cosas
si non me atacase usted.


Saulo:
Gracias, amigo. Es un trato.
La paz en tal caso firmo,
è continúo el relato
faziendo el semblante mío:

Decía de los mis gustos,
más agora he de fablar
de cosas que de seguro
también han de interesar.

Es Don Saulo caballero,
ante todo è nada más.
Desde lo más hondo espero
que se reconocerá.

Aqueste incorpóreo ente
desfruta con los requiebros
agora que sólo es mente
como non fizo con cuerpo.

Quizá sea, non lo niego,
por gallarda cobardía.
Ententaré explicar luego
aquesta dicotomía:

Cuando con cuerpo contaba
è requiebros yo facía
sabía que incomodaba
a las que los dirigía.

Pues atributo usual
es, en las bien nacidas,
la su virtud preservar
de las ideas lascivas.

Si en vida piropeaba
nunca podía evitar
notar que se replegaban
por su decencia guardar.

Ahora que soy ente etéreo
ya sin cuerpo è sólo mente,
desfruto de los requiebros
que puedo hacer libremente.

Nenguna puede dudar
que mis sanas entenciones
su vertud è honestidad
en peligro nunca ponen.

Más aún: si reconforta,
si consiguen mis palabras
su razón, que no era otra
que cantar sus alabanças,

desfrutar de la belleza,
i expresar lo que se admira,
non debiera estar en guerra
con virtud reconocida.

Por eso decía antes:
de gallardía sin mancha
por celo era cobarde
cuando en vida requebraba.

¿Que si de mozas desfruto?
Cien veces más hoy que ayer,
pues la su belleza adulo
e non tienen que temer.

É tranquilo esté, Don Pablo,
que jamás faceré cosa
que ofenda o que sea malo
para la su Doña Rosa,

que véole en celos metido
cual Otelo en su tragedia.
Mire: non tiene sentido,
jamás estaré con ella.

Non sólo por non tener
peligro carnal alguno:
jamás en vida toqué
el píloro i el yeyuno...

¡Calle, non fable, impaciente!
que le veo que ya empieza.
Deje en silencio su mente,
è que siga la comedia!

Fablaba de gallardía:
si bien nunca fuí cobarde
tampoco creí en vida
que la guerra sirva a alguien.

Miento, a poderosos vale,
que entre las sombras se ocultan,
mientras pobres egnorantes
por ellos van a la tumba.

Asín que en guerra nenguna
me presté a batallar,
si bien se verá que en una
nunca cejé de lidiar:

Es el mi honor por mi parte
el terreno más sagrado
è non soporto se falte
a sus rígidos dictados.

En este campo decía,
Libre una è mil batallas,
por salvar la honra mía
o por la de algunas damas.

Mas non me piense se trata
de mal entendido orgullo,
que a los demás da patadas
mas non le toquen el suyo.

Mas bien fué por lo contrario
por lo que guerrero fuí:
del ajeno desagravio
siempre reparo exigí.

Pues por honor yo entendía:
"aunque nos cause dolores,
defender lo que nos dicta
nuesa escala de valores."

Al pobre dar lo que puedas,
al débil favorecer,
a los viles dar candela,
a las damas proteger,

apoyo a desheredados,
con marginados cortés,
comprensivo con los fallos
de los demás, non de él.

Por esa causa lidiaba.
Fize estragos ¡vive Dios!
en el campo de batalla
mas nunca faltó razón.

A aquél que desesperaba
Del amparo de los fuertes
Siempre encontró la mi espada
Presta para defendelle.

È digo: non me arrepiento
si en camisa de once varas
acabé por los enredos
que la mi honra clamaba.

È del honor dejo ahora
aqueste relato al punto,
que adularse desta forma
no es honorable ni justo.

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