martes, 23 de agosto de 2005

En Mercedes vuelvo a casa

A Carleti


Iba Don Saulo contento
con su bota güisqui al futbol
è sentándose en su asiento
pasó a soplar por un tubo.

Cuando llevaba metida
entre el su pecho i espalda
media bota bien bebida,
notó que le saludaban.

Es su vecino de al lado,
cuantas veces le encotrara
en el su asiento sentado
mientras un gol se cantaba.

"¡Hola!" - le dice el mentado
è bota vino le ofrece.
Como Saulo es educado,
buen lingotazo se mete.

Al otro le pasa el güisqui
è tras empinar la bota
mira ya medio piripi,
llama de tú a la parroquia.

A todo esto percibe
un codazo en las costillas,
es su vecino que dice,
indicando la otra silla:

"¿Conocías a mi Merche?"
"Mercedes, igual que el coche"
- dice ella sonriente -
"Aún más rápida que un porsche."

"Debe ser un chiste agudo"
- cavila Saulo rascando
su cabeza - "mas non dudo
que non parece indicado"

"Seguramente del tanto
como llevo en mi barriga
yo no me estopy enterando
ni de lo que èsta diga"

"Encantado" - le saluda
tendiendo a su vez la mano.
De nuevo viene la duda:
se la está manoseando...

"Es la esposa deste hombre.
Cuantas veces ya la he visto
con él cantando los goles
en muchísimos partidos"

"Deben estar medio ciegos,
non pasa nada, Saulillo.
Te olvidas dellos è luego
a seguir con el partido."

A todo esto aparece
un tercero en la cuestión,
y el de al lado le dice:
"Oh! Saulo, fazme favor."

"Ese que viene hacia acá,
è que la bufanda enseña
mucho temo, voto a tal,
que es el primo de mi dueña."

"É como ésta de mi lado
es mi amante desde siempre
temo que nos ha pillado
è que de esto se entere. "

"Haz el favor de cambiarte
de sitio con disimulo.
Non tengas miedo de ella
non va a comerte crudo"

Azorado se levanta
è se sienta en el asiento
mientras al grito de "¡Falta!"
retumba el estadio entero.

Se acerca el primo segundo
è se sienta junto al otro.
Saulo le mira ceñudo;
el otro piensa: "un beodo..."

Dice: "¿Facen unas birras?"
ofreciendo unas cervezas.
"Solo falta que a esta piba
se le suba a la cabeza"

- piensa el tal Saulo mirando
de reojo a la querida,
que enganchada está a su brazo
é hinca uñas cual arpía.

Al fin se acaba el partido.
Salen todos cero a cero:
Cero goles por partido,
cero ven los compañeros.

Ciegos bajan a la calle
è se acercan a un sedán:
"Es Mercedes" - dice alguien-
la risa a Don Saulo da.





"Pues es cierto, es el mío"
dice mirando hacia trás
el embriagado vecino
guiñando un ojo a la par.

"Dice el primo: pues me largo,
que he dejado el coche allí.
"¡Ya se larga!" - piensa Saulo -
"libre quedaré por fin."

Pero la cosa no es fácil,
le preguntan: "¿Dónde está
tu coche?" è con una grácil
sonrisa va a declinar:

"Pues en casa lo he dejado.
Un taxi me cojo ahora."
Dice el vecino: "ni ahorcado
te abandono yo a esta hora."

"Nada, nada, te llevamos.
Y que non se fable más.
Cariño: a que pasamos
del su barrio por detras?"

Asiente entre hipidos
la tal Merche sonriente.
Mal se las ve mi Saulillo:
non quiere ser reticente.

"Venga móntate a Mercedes...
en Merche, quiero decir...
quiero decir (non me pegues)
que al coche puedes subir"

Total que suben los tres
en el sedan encuerado.
"Mercedes en cueros es"
dice el vecino embriagado.

"Paremos aquí de paso,
ques de mi amigo este bar
ya verás que lingotazos
gratis nos vamos a echar."

Ya Saulo se da por muerto,
mas, para non quedar mal,
se presta a meterle un tiento
al güisqui è hasta al del bar.

Beben, ríen, doblan muecas,
la Merche ya es que se va
por la patilla y empieza
con mi Don Saulo a ligar.

El otro, como si nada,
todo lo ve tan normal.
È Saulo non tiene cara
de cortalla a su pesar.

Total, que acaban las copas.
"Incólulme al fin salí"
piensa Saulo mientras montan
en el Mercedes al fin.

arranca el otro cual Fangio
en cercuito de Monjuic
va pegando unos bandazos
que adelanta el 'zag' al 'zig'.

De repente para el coche.
Pegando un frenazo tal
que Saulo prueba en la noche
la nuca de la vestal.

"¡He perdido la cartera!"
Dice palpándose el pecho.
Saulo piensa: "deste hombre
non sacaremos provecho"

"¡Búscala, vamos!" - le urge
a la Merche con anhelo
ésta sin pensar dos veces
se abalanza por los suelos.

Enseñar, hasta partida
de nacimiento enseñó.
Piensa Saulo: "divertida
se pone aquesta cuestión".

Mas no acaba aquí la cosa:
salta al asiento de atrás
è a Saulo muestra la ropa
interior de tafetán.

Se aparta aquéste de un bote
sin dar crédito a sus ojos,
porque el tanga nada esconde
è además es color rojo.

Aún se remanga la falda.
È agora, canalillo.
Más bien Canal de la Mancha,
porque enseña hasta el ombligo.

"No lo encuentro -hics- no puedo"
hipa la rubia bolinga
Al pobre Saulo poniendo
sobre el hombro las domingas...

"Volvamos al bar non sea,
que se cayera al pagar"
Dice el otro en son de juerga
mientras que vuelve a arrancar.

"Non salgo entero désta"
piensa Don Saulo al sentir
de Merche las posaderas
sobre su zona viril.

"Huy, perdona, he tropezado.
Éste tío es un animal
conduce como un pirado
sin contar con los demás."

"O no mira o está ciego"
Piensa Saulo para sí.
Yo me tiro en marcha luego,
si la puerta puedo abrir.





Llegan al bar del amigo.
Saulo se apresta a salir,
mas de la rubia el ombligo
se encuentra frente de si.

"Pero, ¿sales o no sales?"
-le pregunta cabreado-
"Deja a éste que él se vale.
Vamos a seguir jugando"

"Non podemos facer esto,"
- es Don Saulo caballero -
"de dejalle con el muerto
sin ayudalle con ello"

De mala gana le deja
salir Mercedes del coche
"Pardiez con esta pendeja.
Ya me está dando la noche"

Entra en el bar decidido
è non cree lo que ve,
pues se encuentra a su vecino
besando al barman aquél.

Salta a la barra el becerro,
se encarama al mostrador.
Besa calva al camarero
ante el público estupor.

De alegría salta è brinca
a lo largo de la barra,
mientras la gente le anima
è le ríe la trastada.

"¡La encontré, por fin la tengo!
Éste la había encontrado"
- grita loco de contento
por el mostrador bailando.

Cuando al fin salen del bar
é se dirigen al carro
ven que hay cola por mirar
aunque el cristal es tintado.

La Merche en cueros está
en el Mercedes de cuero,
è los que pasan se dan
de tortas por poder verlo.

Espantando a los moscones,
entra en el coche de lado;
arranca el otro de golpe,
Saulo se está mareando.

"Pero... ¿qué haces?" - pregunta
el pasmado bolinguilla.
"Pues... buscando la cartera,
por si cayó en mi tanguilla"

Cuando al fin llegan al barrio,
a Saulo deja en la acera,
è dice: "non se te ocurra
contárselo a mi parienta..."

Él niega con la cabeza,
è parte raudo el Mercedes.
Saulo piensa: "Con certeza
no me creerán aún lo cuente"

"A nadie he de decir
lo desta noche aunque muera.
Juro por Dios non salir
nunca más de borrachera"


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