lunes, 22 de agosto de 2005

De Don Saulo, perorata

Rosa, que mi alma insuflaste
de esperanza y alegría.
A tí, que en mí te fijaste,
dedico estas pobres rimas.
Ferdinand Roybet: Festín de los mosqueteros

Iba Don Saulo de farra,
por amigos flanqueado.
Acodado está en la barra
de un garito de su barrio.

Comienza su perorata,
mas nadie allí le escuchaba.
Huían hasta las ratas
cuando su charla arreciaba.

"Dejélos mudos al punto,
pensó para sus adentros
cual bardo galo en dibujo,
atado en lo alto de un cedro..."

Pero brincó de alegría
al mirar a su derecha,
è ver que alguien le atendía
¡Además, una belleza!

Ya se atusa el su bigote,
Su voz de bajo ya afina,
prepárase el pasmarote
a dar la brasa con rima...

Pobre infeliz la tal Rosa,
que en tal trance al punto vióse
que por ser fina y fermosa
a gran paliza arriesgóse.

Empezó con sonrisita
de atenta educación.
¡Van tres horas y no para
la pesada alocución!

El su semblante de ninfa
poco a poco se congela...
mas él sigue con sus rimas,
¡el botarate non ceja!

Los párpados de la dama
pesan cual plomo fundido.
Para plomo, el que le fabla
¡y encima, en lenguaje antigüo!

"Seamos bien educadas"
- aún pensaba la infeliz-
"Recordad: sois una dama,
cual dijo mi institutriz."

Saulo, dale que te pego,
saca rimas de sus mangas,
face mil y un aspavientos,
hasta el vino torna en agua.


 Los Mosqueteros de Porros (usuarios.lycos.es/pipaclubsevilla)


É la otra, pobrecilla,
con rictus cuasi mortal,
sonriendo se ha quedado
dormida como un lechal.

¡Mas Saulo non mira en penas,
embriagado por la audiencia
relata mil aventuras,
dosmil romances inventa!

Ya la pobre niña duerme
hasta el sueño de los justos
ajena a la verborrea:
al fin, la pobre está a gusto.

¡¡Ajeno a los desalientos,
inasequible al cansancio,
sigue el tipejo aburriendo
con su largo verso rancio!!

Al fin, cayó de la higuera.
Mudo quedó cual estatua
é de su rostro de piedra
rodó una lágrima clara.

He dormido hasta a la ninfa...
Hasta la musa durmióse...
Cruel destino que hinflas
este pecho de ilusiones...

(Hasta para con sí mismo
es pesado el interfecto,
¿Non cejará de sus trinos
ni dormido ni despierto?)

Tú que mi alma floreciste
escuchando con anhelo,
tú que a tu nombre le diste
sentido oyendo a este viejo:

Al fin también te aburriste
con mi triste verborrea.
¡Cruel destino, me hiciste
creer que Ella creyera!

E dejando al fin su lira
junto a aquél fermoso torso
dormido de la su ninfa,
fizo mutis por el foro.

Alonso Cano: Ninfa Dormida. Museo del Prado. Madrid

3 comentarios:

  1. " Don Saulo, desde aquí le agradezco lo que en su haber se atesora,
    la cita que no merezco
    e la poesía que de vos aflora"

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  2. Por la gracia de su estilo
    entuyo al señor marqués
    aduladando a su pupilo,
    pues tal cosa Saulo es.

    Honrado por su visita,
    conmínole a comentar
    cualquier otra poesía
    è que se digne a firmar.


    A los pies de vuecencia,
    DonSaulo

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  3. Non será mi dueño
    que de su ágil verborrea
    a la ingesta daquel templado vino
    quedóse la interfecta
    sumida en un profundo
    e fermoso sueño?

    Mas añadir sólo cabe...
    ¡agradecimientos por doquier!
    al recordar aquel día con rimas que al leer son un placer.

    Un saludo.

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