jueves, 18 de agosto de 2005

Del entelecto placeres

Gustavo Doré: Don Quijote Leyendo

Saulo:

Mudemos ahora el discurso:
si a placeres me refiero,
paréceme honrado è justo
que cambiemos ya de tercio.

Es el placer cosa extraña,
porque en este mundo vil
es físico del que se fabla;
confúndese con lo viril.

Placeres del entelecto
en vida tuve la suerte
de desfrutar è su efecto
en mi alma fue más fuerte.

Començaré por los libros:
fué en mí la Literatura
pasatiempo preferido,
dèso no hay la menor duda.

Gracias non daré bastantes
aunque mil años viviera
en siete vidas restantes
a escritores y poetas.

Son las humanas pasiones
ámbito de la tragedia;
cuando nuesas emociones
confunden nuesa cabeza.

è ¿por qué será la llana
vida que aquí todos llevan
la que la risa temprana
nos provoca en la comedia?

¿Será porque nuesas cuitas,
por más que grandes parezcan,
nos endúcen a la risa
si las vemos desde fuera?

Mas es de todo lo escrito
mi predilecta afición
aquesto que yo describo
como 'de devulgación'.

Hestoria: las biografías
de grandes prohombres son
los libros por que sentía
mi mayor predilección.

Non digo que fuesen santos,
pues estos conquistadores
a inocentes matando
obtuvieron sus honores.

Mas la admiración sincera
que sus biógrafos profesan
suele hacer que en ellos vean
sólo vertudes guerreras.

E aunque la Hestoria yerre
más veces que aciertos tenga,
desfruté de sus placeres,
aunque fuera a mi manera

Emaginándome en Roma,
o creyendo estar en Grecia,
me bebía hasta las comas
de históricas novelas.

Pasé momentos tan gratos,
con la mi mente enflamada...
¡Si crucè junto a Alejandro
las murallas de Ecbatana!

¡Yo viví las peripecias
de pirámides è templos
construcción, è aún la ciencia
non sabe cómo se hicieron!

¿Que de puntillas pasaron
sobre los miles de vidas
de parias que se cobraron
las citadas maravillas?

Yo lo sé, è non lo olvido.
Ya dije que prefería
mil veces a un pobre vivo
que la Gran Muralla China.

Sabido es que estos hombres
que llamamos prencepales,
en la Historia tienen nombres;
mas fueron cual animales.

Que por conseguir su meta
a base de fuego è sangre
construyeron con crudeza
lo que les fizo tan grandes,

pero non todos aquellos
quen la Historia son nombrados
pasaron a sangre é fuego
a mil pobres desgraciados:

grandes hombres de la ciencia,
filósofos, alquimistas,
sacudieron mi conciencia
egual que algunos artistas:

asín supe de Leonardo,
quen todo puso talento,
de Chéspir è Anaximandro,
de Velázquez é Durero.

Ficiéronme buen servicio
cómo natura funciona,
las costumbres de los indios,
las artes de la amatoria...

De aquél mi vital periplo
lo mejor sin duda ha sido
aquello quel texto escrito
en mis sueños ha inferido.

Pablo:
Bueno, Don Saulo, permita
que meta baza otra vez:
sólo por meterle prisa,
que en ascuas me tiene usted

è se alarga demasiado.
Yo diría que se enrolla;
non quisiera yo ensultarlo,
mas abrevie perifolla


(www.cincosiglos.org)

Saulo:

Sigo: non quiero dejarme
por demás en el tintero
lo que consiguió elevarme
hasta las puertas del cielo.

Es la música de todas
las artes la más sublime
en sus alas me transporta,
è fazme vivo sentirme.

Desde Bach hasta De Pablo,
de Stravinsky hasta Vivaldi,
el su legado es tan amplio
que agotar non puede nadie.

Hercúleas construcciones,
de encaje de puro hielo,
facen estas elusiones
desfrutar al mi entelecto.

Etéreas ensoñaciones,
abstractos juegos de objetos
que subliman emociones,
que fácennos ver el cielo

Emociones infantiles,
pasiones desgarradoras,
himnos è misas, delfines
saltando sobre las olas,

Van del entreteniento
a lágrimas de emoción
los senceros sentimientos
que afloran con su audición.

A muerte graves lamentos
de austera è gris vestimenta,
glorias que tocan el cielo,
arrebatadas tormentas...

Música es para el oído
senfonía de color,
cual al paladar los vinos
así es la su audición.

Después de tal alabanza
del placer que da escuchar,
si aún lo pongo en la balanza,
me quedo con practicar.

Nada es comparable a esto.
No hay emoción tan completa.
Íntimo estremecimiento
percibes cuando interpretas.

Cada cuerda que es pulsada,
por cada verberación,
es el ánima alcanzada,
es rozado el corazón.


Pablo:

Sólo una cosa è me callo:
¿Escuchó en el siglo quince
el afamado De Pablo,
al gran Igor Stravinsky?

Guitarra medieval (www.cincosiglos.org)

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