

Ya se reanuda el encuentro, pero aquí se vino a ver que para hacer un buen juego lo mejor es non beber. Coge el balón un Gafotas. A todos se regatea, tira a puerta la pelota è se va hacia la nevera. Sacan los Tontos del centro; el mejor lleva el balón. Queda solo ante el portero, pero sufre un resbalón. Ahora los Gafotas sacan, è tres cuartos de lo mismo: esquivadas las patadas meter el gol fue sencillo. Los porteros, a por uvas, pero de las de Dionisos; si en los corners los empujan destilan litros de vino. Los defensas, a la sombra, facen castillos de latas é las tiran entre bromas al delantero que avanza. | ¿Delanteros? Sin problemas, aunque sin respiración. Bombona oxígeno a cuestas van persiguiendo al balón. Sujetándose un costado, un defensa de los Tontos mete un fuerte pelotazo con la canilla hacia el fondo. ¡Gol de nuevo! una ovación arranca de la parroquia, mientras el su corazón se le escapa por la boca. Un Gafotas, despistado, va a la banda maldiciendo è pregunta al colegiado si vio un hígado corriendo. Por fin, alguien responsable: un defensa Tontorrón se acerca a la banda: "¡Padre, deme ya la extremaunción!" Menos mal quen este juego cuando te han metido gol, te toca sacar del centro, è flaca es la oposición. |
El que más se desespera, el que pide el cambio ya, es el marcador, pues lleva más labor que los demás. Ocho a ocho, rumorean público è animadoras que han perdido ya la cuenta. Los otros piden la hora. Susana pita el final. É se monta en la nevera una melé criminal que disuelven con manguera. Con lágrimas en los ojos agradecen se termine egual Gafotas que Tontos, entre jumeo de tachines. La anfitriona, todo estilo, les ofrece su piscina. Mas les recuerda: prohibido mezclar aguas cristalinas. | "¡Que ni el cuerpo de bomberos!" - chillan las animadoras mientras quedan casi en cueros Tontorrones è Gafotas. El deporte es muy cansado. Ahora hay que recuperar los líquidos que han gastado. (A Coro):"¡Vamos al bar!" En fin, fue competición de beber más que partido. Sólo hubo una lesión, é algún fígado perdido. A Don Saulo le tomaron juramento de glosar el partido, acorralado contra la barra del bar. È como Saulo es así è un pacto entre caballeros nunca deja de cumplir, este lance está resuelto. |
Gafotas è Tontorrones, a la hora convenida, se presentan en calzones en el campo de María. Son las cinco de la tarde, el sol inclemente azota. Remolonean pues nadie quiere salir de la sombra. Pelotean sin descanso. "Sólo para calentar" -dice Carlitos a Saulo- como si pudiera helar. Dos horas dando patadas a la maltrecha pelota que dejan casi agotadas cervezas è cocacolas. Van de grana los Gafotas, mas juegan sin anteojos, è se pasan la pelota tirando hacia el bulto rojo. En cambio, los Tontorrones van vestidos a su aire con tal mezcla de colores que non los distingue naide. Dicen las animadoras Que ellas van uniformadas: que debajo de la ropa non lleva nenguna nada. | Entre el público presente, la nenita de Raúl, Don Ángel, el disidente, è quien imaginas tú. Al fin comienza el encuentro. Marca Susana el inicio, vestida para el evento fashion, provista de pito. Es la anfitriona invitada a facer saque de honor, que resuelve con patada que casi le da al balón. Acto seguido se lanzan los dos equipos a fondo, esquivando tarascadas entre las nubes de polvo. Lleva el equipo Gafotas el balón en montonera, que non se ve la pelota, tal es el bosque de piernas. Corre el Ciego por la banda esquiva una entrada, dos, se la pasa al Antiparras, y el Lentillas marca ¡gol! Uno a cero. Ya se oyen desde el equipo contrario cómo se elevan las voces: "¡el árbitro está comprado!" |
Pero de nuevo la suerte de los Gafotas arrecia: un balonazo en la frente fue remate de cabeza. ¡Dos a cero! ya se impone la gran superioridad que el eqipo de la ONCE muestra sobre su rival. A todo esto, Don Saulo -que ejerce de utillero- cuida de que demasiado non se derritan los hielos. Si se enfría una cerveza, raudo parte a vaciarla non sea que la nevera se constipe de albergarla. Llega el tercero: un defensa, resbala con el sudor è un Gafotas aprovecha para marcar otro gol. Ya llevamos diez menutos, è por encima del barro alguno de los Gafotas la su lengua va arrastrando. "¡Vaya comienzo explosivo!" -se comenta en la parroquia- "veremos si éste excesivo esfuerzo no se les nota." | Dicho è fecho: a un Gafotas que la su lengua arrastraba le han quitado la pelota è ya corren por la banda. Chuta el Tontorrón al centro con tal suerte que se cuela entre los pies del portero que no ha cerrado las piernas. ¡Tres a uno! los Gafotas están pagando el esfuerzo, è si viene la pelota más de uno se hace el muerto. Una liza en la defensa deja a Don Pablo Fernández con una herida de guerra, manando abundante sangre. Mira que lo dijo Saulo: estos juegos de balones terminan, amigo Pablo, entre heridas è dolores. Se produce una refriega: luchan contra el utillero, que protege la nevera del acoso de los perros. Siete cervezas después vuelve a iniciarse el encuentro, dejando al herido aquél en el banquillo por muerto. |
Siguen los Tontos su racha: meten un gol por arriba cuando el portero se agacha a recoger sus lentillas. Al poco, sacan un córner. ("desquina", dí el colegiado) Lo sacan los Tontorrones, è meten gol con la mano. "Pero... árbitro, ¿estás ciego?" - tienen guasa los Gafotas - A lo que responde:"¡Quietos, o saco tarjeta roja!" Antes de que caiga el cuarto, ¡Fin de la primera parte! É se van hacia el descanso contentos con el empate. Es ahora la nevera la que sufre los horrores de tremenda montonera de público è jugadores. Agotadas las cervezas, le piden a la anfitiona que rellene la nevera de ginebra è cocacola. | "Hay cerveza sin alcòl" -vocea al fondo el Tío Saulo- mas le responden: "mejor cubatas en vaso largo" Perdida ya la amistad al ataque sin vergüenza se lanzan sin pestañear amigos desde la escuela. "Venga, señores, dejemos por un momento el alpiste ì el encuentro continuémos. Non quiero que se despisten" Esto decía Susana, de colegiado investida pero la miran sin ganas, enganchados a las birras. ¡Sus è al árbitro, manteallo! se oye una voz familiar. El tal Saulo así a logrado otra birrita alcanzar. Al fin entre hipos i eses se deciden a empezar aguarden vuesas mercedes que el cuento continuará. FIN DE LA PRIMERA PARTE |
Ya fue hipólito DonSaulo de las huestes macedonias a las órdenes del Magno compartiendo sus victorias. Èl salió de Cartagena cabalgando junto a Aníbal que elevó hasta la leyenda su invicta caballería. Fue un equites de Julio, auriga de Belisario, desde Hispania hasta el Danubio a los bárbaros frenando. Junto a Eutiquio muchas veces venció con los Verde Puerro recibiendo los laureles de manos de El Carnicero. | En día que Justiniano el hipódromo cerró en la dorada Bizancio, el tal DonSaulo emigró. A lomos de un dromedario tras cruzar la ardiente Arabia lloró a su pobre Carthago, í entró con Tarik a Hispania. En Córdoba la Sultana desfrutó de los serrallos, su Biblioteca è sus cuadras de magníficos caballos. Después de los bereberes, è antes de lo de Boabdil, cabalgó junto a las huestes del famoso Mío Cid |
Tras la gesta de Colón cruzó el mar hasta las Indias è al continente llevó la nueva cabaña equina Sacó fruto a la afición en tiempos de los torneos è alguna vez conquistó de noble dama el pañuelo Fué más tarde campeón en los Campos Elisèos. (hasta la Revolución, que anuló tales eventos) Él desputó algunos Derbies desde Liverpool a Londres para placer de las ladies è ruina de algunos lores. | Llegado el tiempo de Fangio, de Agostini, de Angel Nieto, decidió mudar Don Saulo hacia el caballo de fierro. En Silverstone, Nürburgring en Magny-Cours o Estanbul, en Monza,Spa, Hockenheim Imola o Kuala Lumpur, ha gozado el perillán la su frenada apurando, achuchando en la chicán, hasta la bandera a cuadros. È al egual que es Montecarlo el circuito más famoso, hoy reconoce Don Saulo que no hay nadie como... |
Se me ocurre esta coplilla para asín poder glosar este dolor de costillas, que saqué de patinar: Iba Don Saulo contento, a su filla acompañando, a patinar sobre el hielo más eluso que abrigado. Creíase el interfecto con su juvenil talante que su físico era eterno è aún exento de achaques. Calzáronse los patines que demostraron ser más torturadores perniles que botas de patinar. Salieron al hielo ufanos: allá va Saulo faciendo aspavientos con los brazos como molinos de viento. | Decíale a la su filla: "dame la mano non sea que te caigas, hija mía, en esta resbaladera" Mas el destino, cruento, se encargó de demostrar que del citado sustento él necesitaba más. La su filla, escopetada, sale al instante al albero. Patina como una bala dejándole boquiabierto. Por tanto, el de la perilla ha de tirar de coraje è se lanza a perseguilla iluso cual kamikaze. ¡Albricias! lleva tres metros è aún continúa en pie deslizándose en el hielo tan ligero como un buey. | "¡Cuidado!"-escucha a su lado è pasa como un cometa su filla, que ya le ha dado a la pista cinco vueltas. Se pica:"¡No ha de quedar en entredicho mi hombría! ¡Que non me pueda tachar de cobarde la mea filla!" Furioso mueve los brazos, è más parece que rema que patina mi buen Saulo iniciando la carrera. Un patín se queda atrás è con patético gesto en el hielo viene a dar con sus miserables huesos. "Non pasa nada, a cualquiera se le escapa una caída" - piensa mientras observa de reojo a la su filla. |
"Papito, ¿te has hecho daño?" - pregunta muerta de risa - "No, amor, estaba probando si estaba fría la pista. È has de tener cuidado, non te vayas a caer, pues según he comprobado, está bien fría, pardiez." Tras sacudirse la nieve de pantalones è guantes se despone el inconsciente a hacer gala de su arte. Non bien acaba una vuelta cuando...¡otra vez al suelo! Tras cómica pirueta tirado acaba en el hielo. Esta vez, más precavido, sólo mira de soslayo è vuelve a ver a su filla que se revuelca a su lado: | "Papi, se hace de pié" - regocíjase tunante - "¿No te puedes sostener levantado ni un instante?" Don Saulo suda de firme. Embutido en mil ropajes, endereza los patines intentando levantarse... ¡Volantín è pirueta! Cual acróbata de circo sube al tiempo las dos piernas, aterrizando de pico. Cuando al fin se pone en pie, decide: "doy otra vuelta è me siento junto a aquél que se ríe de mis penas" Ya toma velocidad. Lanzado va por la pista, cuando le vuelve a pasar que un patín se le despista. | Bruscamente gira el cuerpo para evitar la caída è que su filla, de nuevo, se desternille de risa. Entonces llega el crujido a la altura del costado. Don Saulo piensa: "Dios mío, ¿porqué me has abandonado?" El dolor llega al instante, como el trueno tras el rayo. Saulo palpa con los guantes: "El costillar me he quebrado" Como no ha caído al suelo, lo da por bien empleado por no acabar en el hielo a la audiencia deleitando. Tieso cual palo mayor se dirige a la salida sin mirar alrededor ni facer caso a su filla. |
Se derrumba en el asiento palpándose el costillar sin que se le escape un gesto con tal de disimular. "Muerto soy, dèsta me entierran" - rumia para sí el finado - "Lo que non sufrí en la guerra, agora lo estoy pagando." Ya sentado è sin resuello, sigue observando a su filla que se mueve por el hielo cual en mar la pescadilla. | De vez en cuando le mira, le sonríe è le saluda. Devuèlvele la sonrisa el buen Saulo mientras suda. Por fin se acaba el tormento, è ya es hora de comer. "Por mi, tomaría ungüento de arnica" - discurre él. Llegado hasta el su castillo se derrumba en la butaca mientras piensa: "Estamos listos, ahora empezarán las guasas" | En efecto, todo el mundo o le recuerda la edad o le dicen que es un burro por ponerse a patinar. Él protesta: "Me hice daño mas fue por non ir al suelo è aún me sobran redaños para ententallo de nuevo" Mientras masculla entre dientes: "Irá el próximo día Santa Rita de los Peines a cuidar a la chiquilla." |
Ya va Don Tiago emergiendo desde su oscura morada hacia el mesmísimo cielo, lugar que Saulo le guarda. En homenaje a ese ingenio, que hoy lo mesmo es espada que mañana risa è juego è pasado es almohada, les publico aquí este cuento. | A esta hestoria emaginaria diòme pie face algún tiempo mi DonTiago, una mañana al contarme que a un evento en Real Castillo marchaba. Desculpad si, como siempre, el tal Saulo emprovisaba è su lengua de mil sierpes a menudo se liaba. |