Va Don Álvaro gallardo
por los suyos rodeado.
Se dirige todo ufano
hasta un garito del barrio.
Vienen a felicitarlo
indigentes y feriantes
que quieren trincar de paso
un par de birritas, gratis.
Flanqueado por su guardia,
- léase David Simón -
que le protege la espalda,
se escaquea de la ocasión.
Pide birras. Grita a todos:
"las cañas las pago yo"
(En la barra hincando codos
pide cinco de jamón)
Doña Ascen, bate palmas.
El Alegría, el sifón;
pero la espita no aguanta
y sale el chorro a presión.
Álvaro Angulo, empapado
por el líquido salió,
y ceñudo va rumiando
su venganza en baja voz.
"¡Aquí viene Doña Alicia!"
- se oye al fondo del salón.
"¡Que baile, que baile!" - gritan
borrachines de licor.
"¡Que canten los de Trescantos!"
- clama el de Ángel vozarrón -
"¡Mejor, que suelten los cuartos
y se paguen el jamón!"
"¡A la gallinita ciega!"
- se le ocurre a Margarita -
"¡Eso, que Álvaro sea
el primero que la liga!"
Hacen corro las mujeres.
Don Álvar se felicita
sus ojos cubren crueles
con esa típica cinta.
Según comienza a dar vueltas,
ya no queda en el salón
invitado más que aquella
que se termina el jamón.
Ha pasado media hora
cuando se engancha al perchero.
Dice: "te pillé, señora,
ahora, me debes un beso."
Al ver que nadie se acerca,
ni ósculo alguno recibe,
decide quitar la venda
que a sus ojos ver impide.
"¡Cruel destino!, ¿qué pasa?"
- dice agarrado al perchero
mientras se acerca a su espalda
un fornido camarero.
La cuenta, amable le alarga.
Le dice: "son mil doscientos
euros por aquellas tapas.
Las cervezas son trescientos."
Echa Álvaro un vistazo
buscando a la su parroquia
y queda mudo de espanto:
no vuela allí ni una mosca.
Aún agarrado al perchero
en su chaqueta rebusca
y al fin saca el monedero
donde halla una nota chusca:
"Alvarito, te esperamos
en el Pub El Rocanrol.
Mil gracias por invitarnos.
Qué rico estaba el jamón"
En el Pub, fiesta sorpresa;
preparados los regalos.
Lo de la gallina ciega
fue un truco por demorarlo.
Pasan las horas en balde
se preguntan si habrá hallado
el post-it que dejó alguien
en su bolsillo guardado.
Deciden, todos en grupo,
acercarse a rescatarlo
mas no le encuentran: seguro
que a su casa se ha marchado...
Pero ven en el perchero
que aún su abrigo está colgado
buscan en el monedero;
ven el post-it arrugado.
Preguntan al camarero,
que les dice: "está fregando
y hasta el veintitrés de enero
no creo que haya acabado."
Salieron todos corriendo
y a Don Álvaro dejaron
disfrutando del concierto
de "Don Fairy y sus mil platos"
Cuando llega al pub, se encuentra
que la fiesta ha terminado:
se acabaron las botellas,
se llevaron los regalos.
Tan sólo queda una mesa
con un folio emborronado
donde con torcida letra
le dejan este recado:
"A Don Álvar en solemne aniversario
este soneto preclaro le dedico,
yo hace tiempo que cumplí los veinticinco,
y dudo que otro llegue a celebrarlo.
Más que obsequios, guardaría en relicario
lo poco que le quede aún de niño,
pues observo que desde un rincón sombrío
ya le acecha la vejez del centenario.
Veo La Parca, que le mira con cariño
ya que sigue empeñado en cumpir años,
y sus manos ya se frota en anticipo
al sentir menguar su porte, antes gallardo.
Las velas del pastel, amigo mío,
para el velatorio debes ir guardando."
"¡Pardiez, por aquí ha pasado
ese tal Saulo maldito
y esta nota me ha dejado
por non invitarle a vino!
¡Juro que el próximo año
una les he de jugar.
Que se metan los regalos
por ése oscuro lugar!"
En fin, Álvarito, con amigos así...
¿para qué quieres enemigos?
¿para qué quieres enemigos?
Mi primera visita por aquí.
ResponderEliminarBonito su blog. Me ha hecho recordar al libro del Martín Fierro.
Un saludo!
Que orgullo el mio verme en mas de uno de tus cantos!!!
ResponderEliminarPerdonad, Doña Asunción,
ResponderEliminarpues bien parco es el papel
que en esta copla os tocó,
è mucho más merecéis.
Digamos que sois aquí
de algun modo, figurante
è vuesas dotes de actriz
non lucen en lo que valen.
Non es justo que después
de ser la protagonista
con la realeza a sus pies
se os de un papel de corista.
Mas la mi palabra empeño
en questo hay que remediar
è aquí è agora prometo
que volveréis a actuar.