Vive Dios queste don Saulo
de puro vago, es dormido:
o non me deja tranquilo
o calla durante años.
¿Acaso ya se ha cansado
el pícaro malandrín
de atormentarme è, por fin,
la mi mente ha abandonado?
¿Acaso ya se cansó
de aburrir con sus monsergas?
¿Acaso marchó de juerga
siguiendo su condición?
¿Acaso - ¡oh, ocaso! - casó,
è la su doña le impide
continuar en estas lides
è a mi suerte me dejó?
Desde aquí mesmo concito
la su presencia: aparezca
è dé la cara vuecencia
fablando o en modo escrito,
pues de acabar lo empezado
es deudor con el que firma
en el pie de aquestas rimas
è siempre fue su escribano.
¡Tomad el guante, Don Saulo!
de puro vago, es dormido:
o non me deja tranquilo
o calla durante años.
¿Acaso ya se ha cansado
el pícaro malandrín
de atormentarme è, por fin,
la mi mente ha abandonado?
¿Acaso ya se cansó
de aburrir con sus monsergas?
¿Acaso marchó de juerga
siguiendo su condición?
¿Acaso - ¡oh, ocaso! - casó,
è la su doña le impide
continuar en estas lides
è a mi suerte me dejó?
Desde aquí mesmo concito
la su presencia: aparezca
è dé la cara vuecencia
fablando o en modo escrito,
pues de acabar lo empezado
es deudor con el que firma
en el pie de aquestas rimas
è siempre fue su escribano.
¡Tomad el guante, Don Saulo!